Drenaje linfático posoperatorio: cuándo empezar y cómo hacerlo bien. Si te estás recuperando de una cirugía, esta guía te explica el momento adecuado, las técnicas seguras y los beneficios reales para reducir edema, dolor y fibrosis, siempre con el visto bueno de tu cirujano.
En breve
- El drenaje debe iniciarse solo con autorización médica, normalmente en la primera semana tras la cirugía.
- En estética (liposucción, abdominoplastia, mamoplastia) ayuda a bajar la inflamación y mejorar la movilidad del tejido.
- Prioriza maniobras suaves, indoloras y dirigidas a “despejar” ganglios antes de drenar.
- Evita incisiones recientes, zonas con infección, trombosis o dolor agudo.
- Complementos como presoterapia y luz roja pueden apoyar la recuperación, en fases posteriores y con supervisión.
| Clave | Qué implica |
|---|---|
| Cuándo empezar | Tras la revisión del cirujano; suele ser durante la primera semana si no hay complicaciones |
| Cómo se hace | Maniobras suaves, rítmicas, sin dolor; sesiones de 30–45 min, 1–3 veces/semana al inicio |
| Beneficios | Menos edema y tensión, menor fibrosis, mejor rango de movimiento y confort |
| Riesgos | Empeorar si hay infección, trombosis, heridas abiertas o hipersensibilidad; siempre descartar antes |
| Apoyos | Presoterapia, luz LED roja/NIR, automanejo (respiración, hidratación, movilidad suave) |
Qué es el drenaje linfático y por qué importa en el posoperatorio
El drenaje linfático es una técnica manual suave orientada a activar el sistema linfático para movilizar líquidos y metabolitos. Tras una cirugía, la inflamación y el edema son respuestas normales, pero un exceso de líquido intersticial ralentiza la cicatrización y favorece la fibrosis.
El objetivo posoperatorio es desinflamar, aliviar la tensión cutánea y mejorar el deslizamiento de los tejidos sin interferir con las suturas. En cirugías plásticas y reconstructivas, el masaje linfático manual (MLD) se usa como coadyuvante dentro de un plan integral que puede incluir compresión y movilización progresiva. La evidencia clínica sugiere beneficios en confort y volumen, aunque varían según el procedimiento y el protocolo aplicado.
Cuándo empezar después de la cirugía
La respuesta corta: cuando tu cirujano lo autorice. El momento exacto depende del tipo de intervención, del estado de las incisiones y de la presencia de drenajes o hematomas.
- Cirugía estética (lipo, abdominoplastia, aumento/reducción de pecho): suele iniciarse durante la primera semana, evitando presión sobre zonas suturadas o con equimosis marcada.
- Cirugía ortopédica y traumatológica: puede introducirse de forma temprana para modular edema distal, siempre que el dolor y la estabilidad lo permitan.
- Cirugía oncológica (p. ej., linfadenectomía): requiere protocolos específicos y seguimiento para prevenir o manejar linfedema.
Señales de que aún no debes empezar: fiebre, enrojecimiento progresivo, dolor intenso, secreción purulenta, sospecha de trombosis, dehiscencia de la herida o indicación expresa de tu equipo médico.
Cómo se realiza: técnicas y protocolo seguro
El drenaje posoperatorio no es un “masaje fuerte”. Debe ser suave, rítmico y dirigido, con objetivos claros.
Principios básicos
- “Despejar antes de drenar”: primero maniobras cercanas a ganglios sanos (supraclaviculares, axilares, inguinales) para crear “vacío” proximal.
- Presión mínima y sin dolor: la linfa se encuentra en tejido superficial; la fuerza excesiva es contraproducente.
- Respeto por el campo quirúrgico: evitar incisiones, zonas con hematomas activos y puntos de tensión.
- Progresión gradual: aumentar zonas y tiempo según tolerancia y evolución.
Frecuencia y duración orientativas
- 30–45 minutos por sesión.
- 1–3 sesiones por semana en las primeras semanas, reduciendo progresivamente según respuesta.
- Autocuidado diario suave (respiración diafragmática y drenaje muy ligero perilesional) si tu fisioterapeuta te lo enseña.
Consejo profesional: documenta con fotos la evolución del edema y la movilidad. Te ayudará a ajustar el plan junto con tu terapeuta y cirujano.
Beneficios esperados y límites de la evidencia
Los beneficios más reportados incluyen menos edema, alivio del dolor por tensión cutánea, mejor movilidad de tejidos y menor riesgo de fibrosis o seromas. En el contexto de linfedema, el masaje linfático forma parte de la Terapia Descongestiva Compleja, con apoyo de guías de la International Society of Lymphology (documento de consenso 2020) Consulta el consenso ISL.
En cirugía, los resultados varían según el procedimiento y el protocolo. Revisiones sobre MLD en pacientes con cáncer de mama muestran beneficios modestos como coadyuvante de la compresión y el ejercicio, con un perfil de seguridad favorable Resumen en Cochrane. En términos prácticos: es una herramienta útil como parte de una estrategia multimodal, no una solución única.
Para una descripción clínica clara del MLD y sus indicaciones generales, puedes revisar la guía de la Cleveland Clinic.
Riesgos, contraindicaciones y señales de alerta
Antes de cualquier sesión, hay que descartar:
- Infección activa (celulitis), fiebre o inflamación con calor local.
- Trombosis venosa profunda o insuficiencia cardíaca descompensada.
- Heridas abiertas, sangrado activo, dolor agudo no controlado.
- Hipersensibilidad cutánea marcada o neuropatía severa.
Suspende y consulta si aparecen: aumento súbito del dolor, enrojecimiento que se expande, secreción, mareo o palpitaciones. La personalización y el trabajo conjunto con el equipo médico son claves para evitar complicaciones.
Herramientas y apoyos que suman en casa
El drenaje linfático profesional puede complementarse con tecnologías de recuperación, siempre en la fase adecuada y con pautas claras.
- Presoterapia intermitente: útil para favorecer el retorno venoso y el manejo del edema cuando las heridas están cerradas y el cirujano lo autoriza. Descubre opciones de calidad en la colección de presoterapia de KUMO.
- Fotobiomodulación (luz roja e infrarroja cercana): la evidencia sugiere que puede ayudar a modular la inflamación y apoyar la reparación tisular como coadyuvante, con protocolos específicos y protección sobre incisiones según indicación profesional. Explora nuestra terapia de luz LED.
- Autocuidado guiado: respiración diafragmática, elevación de extremidades, hidratación y caminatas cortas ayudan a la bomba linfática natural.
- Liberación miofascial en fases tardías: para tensiones musculares alejadas de cicatrices, un dispositivo percutor puede ser útil, evitando siempre la zona operada. Ver el KumoPulse Air.
Si tienes dudas sobre cuándo introducir cada herramienta en tu caso, contacta con nuestro equipo desde la página de contacto o consulta los recursos en KUMO Balance.
Preparación y cuidados complementarios
- Hidratación y nutrición: suficiente agua, proteína de calidad y micronutrientes (vitamina C, zinc) apoyan la cicatrización.
- Compresión graduada: si está indicada, potencia el efecto del drenaje al mantener el balance de fluidos.
- Movimiento: microcaminatas y ejercicios de bombeo articular (tobillos, rodillas, hombros) facilitan el retorno linfático.
- Piel y cicatriz: higiene adecuada, protección solar y masaje de cicatriz solo cuando el profesional lo autorice.
Ejemplo de plan orientativo (4 semanas)
- Semana 1: revisión médica; iniciar MLD suave si está autorizado. Enfoque en “despejar” y drenaje proximal, sin tocar incisiones.
- Semana 2: 1–3 sesiones/semana; introducir compresión si está indicada; caminatas cortas diarias.
- Semana 3: progresión del drenaje hacia áreas con edema residual; ejercicios de movilidad suaves.
- Semana 4: mantener sesiones según respuesta; considerar presoterapia o fotobiomodulación si el cirujano lo aprueba; educación en autocuidado.
Este esquema es general; tu plan real debe ser individualizado.
FAQ
¿Cuándo es demasiado pronto para el drenaje linfático tras una liposucción?
Demasiado pronto es cuando aún no hay autorización médica o las incisiones no están estables. La primera evaluación la hace tu cirujano; si no hay signos de infección, sangrado o dolor agudo, se puede introducir drenaje suave en la primera semana. Evita presión directa sobre áreas tratadas y hematomas. Si llevas faja o compresión, coordina con el terapeuta para retirar y recolocar correctamente durante la sesión. Ante fiebre, calor local o enrojecimiento progresivo, pospón y consulta.
¿Cuántas sesiones necesito para notar menos edema?
Depende de la extensión de la cirugía, tu respuesta individual y si hay compresión y movimiento adecuados. Muchas personas perciben alivio tras 1–3 sesiones, y una mejora más estable en 2–4 semanas con un enfoque multimodal. El objetivo es reducir el volumen, aliviar la tensión y mejorar la movilidad. Llevar registro fotográfico y de sensaciones ayuda a ajustar la frecuencia. Si no hay cambios tras varias sesiones, revisa la estrategia con tu equipo.
¿Puedo hacer drenaje linfático en casa?
Sí, pero debe enseñártelo un profesional para evitar presiones indebidas o direcciones equivocadas, especialmente cerca de cicatrices. El automanejo incluye respiración diafragmática, elevación de extremidades y maniobras muy suaves hacia ganglios cercanos, sin dolor. Complementa con caminatas cortas, hidratación y, cuando sea seguro, compresión graduada. Evita cualquier técnica sobre heridas, zonas con infección o dolor agudo. Ante dudas, prioriza una sesión guiada.
¿La presoterapia sustituye al masaje linfático?
No. La presoterapia intermitente puede ser un excelente complemento para modular edema y pesadez, pero no reemplaza la valoración manual ni el trabajo específico alrededor de áreas quirúrgicas. Se introduce cuando las heridas están cerradas y con autorización médica. Un plan eficaz suele combinar drenaje manual, compresión, movimiento y, si procede, tecnologías de apoyo. Consulta opciones de calidad en nuestra sección de presoterapia.
¿La luz roja ayuda a la recuperación posoperatoria?
La fotobiomodulación con luz roja/infrarroja cercana muestra evidencia prometedora para modular la inflamación y apoyar la reparación tisular como coadyuvante, siempre con protocolos adecuados y protección de incisiones según indicación profesional. No es un sustituto de los cuidados médicos ni del drenaje manual, pero puede sumar dentro de un plan completo. Para conocer dispositivos y pautas orientativas, visita nuestra terapia de luz LED y consulta a tu especialista.
Para recordar
- El drenaje linfático posoperatorio empieza cuando tu cirujano lo autoriza; seguridad primero.
- Técnicas suaves, sin dolor y con dirección correcta marcan la diferencia.
- Combínalo con compresión, movimiento, hidratación y buen cuidado de la piel.
- Tecnologías como presoterapia y luz roja son coadyuvantes valiosos en el momento adecuado.
- Ajusta el plan según tu evolución y señales de alerta; prioriza el trabajo en equipo con tu terapeuta y cirujano.
- ¿Listo para optimizar tu recuperación? Explora soluciones de bienestar en KUMO Balance o escríbenos desde la página de contacto.













